El vino representa un universo amplio y fascinante, pero a la vez sumamente complejo. Aquellos que no están familiarizados con el tema, suelen sentirse intimidados y, aunque tengan cierto interés en él, muchas veces evitan abordarlo. Si este es tu caso, te decimos cuáles son los conceptos esenciales para iniciarte en la cultura del vino.
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La cata
Catar significa apreciar atentamente con la vista, gusto y olfato las cualidades o defectos de un vino. Recuerda que tanto para realizar esta operación como para beber todo tipo de vino, es básico sostener siempre la copa por el tallo.
Observa con detenimiento el color del vino. Si es brillante y luminoso estarás ante un vino joven, los más viejos van perdiendo estas características. Remueve un poco la copa, analiza el cuerpo y transparencia del vino y ve cómo se desliza por las paredes de la copa; los vinos ricos en alcohol y glicerina pueden formar gotas (llamadas lágrima o pierna) que caen suave y lentamente.
De nuevo agita ligeramente la copa y aspira el aroma; si es un vino joven, el aroma o bouquet tendrá notas florales y frutales; en cambio, uno añejo desplegará acentos de madera, especias, fruta madura e incluso de chocolate.
Da un pequeño sorbo e identifica los sabores y sensaciones que provoca el vino en tu boca. Dependiendo del tipo de vino puedes encontrar notas dulces, ácidas o amargas; quizá sean suaves, ásperas, picantes o secas.
La etiqueta
Tal vez suene muy obvio, pero leer la etiqueta te dará información relevante sobre el vino: si es monovarietal (de una sola uva) o mezcla de varias uvas; su añada o cosecha y lugar de origen (región y país); si tiene o no denominación de origen (es decir la garantía de procedencia y calidad que sobre todo aplica a los vinos europeos); su proceso de envejecimiento (crianza, reserva o gran reserva).
La temperatura
Considerar la temperatura de servicio recomendada para cada clase de vino permitirá que este desarrolle mejor todas sus cualidades. Para los espumosos la temperatura ideal va de 6 a 8°C; los blancos de 8 a 12°C; los rosados entre 9 y 12°C; los tintos jóvenes de 12 a 17°C; los tintos añejos entre 16 y 18°C.
El maridaje
En términos generales, esto se refiere a elegir el tipo idóneo de vino para un plato determinado a fin de lograr un equilibrio armónico. Aunque ello depende mucho del gusto de cada persona, hay una regla específica a considerar: un plato no debe dominar por encima un vino, ni un vino debe restar protagonismo a la comida.
La conservación
Para conservar los vinos es fundamental colocarlos horizontalmente, en un lugar fresco y seco, alejados de olores y fuentes de calor y luz.
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